No sabía que dar como recuerdo y como las noches eran interminablemente largas porque no me dejaba pegar ojo, en el movil, mientras él comía yo buscaba ideas para regalar.
Casi por casualidad vi unas galletas con forma de cochecito y me encantaron, así que las galletas se convirtieron en mi distracción para no quedarme dormida y empece a ver blogs sobre repostería que además de inspirarme me han mantenido distraida en las noches en las que Antoñito no quería dormir.
Como la receta de las Galletas de mantequilla ya os la puse en el post de la tarta del Betis, os voy a mostrar el resultado, que para ser lo primero que hacía, no me quedó del todo mal.
Bueno, la verdad es que en ambas celebraciones encantaron y yo me lo pase genial haciendolas así que seguro que repetiré pronto. Besitos y cuidad a las abuelas porque sus fogones son sin duda el mejor calor al que podemos arrimarnos. Nos vemos.
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