No quería acostarme hoy sin hacer una entrada, pero ya es tardísimo y la tarde no me ha cundido como debería, así que aprovecho para contaros como me gustaban a mi de pequeña las salchichas.
Mi padre, con toda la paciencia del mundo, y también con todo el cariño, nos preparaba esta cena- juego, cada vez que se lo pedíamos y ahora con el tiempo, le doy el mérito que tenía.
Cansado después de todo el día trabajando, y con ganas como me pasa a mí ahora, de sentarte un rato a descansar, ver la tele, leer..... O no hacer nada, para variar, y él se dedicaba a inventar y jugar con nosotros, que éramos tres, haciendo salchichas pulpo, patatas fajitas o cualquier otra cosa que le pidiésemos.
Gracias papá, porque son esos ratos los que te marcan, los que te enseñan que es lo importante y los que valoras aún hoy, unos poquitos de años después.
Tengo que confesaros que aún hoy me gustán más las salchichas preparadas de esta forma, porque están más crujientes y el plato queda divertidísimo para los niños.
Son muy sencillas, tan solo hay que tener la paciencia de cortar por cada extremo la salchicha en 3 tiras y estas a su vez por la mitad, dejando un trozo en el centro sin cortar.
Luego pintamos los ojitos con ketchup y le echamos imaginación!!
Bueno espero haberos traido buenos recuerdos, a mi me encanta poder vivir ahora con mis niños, lo que tanto me gustaba de pequeña y me encantaría lograr que aprecien lo que tienen tanto como lo sé apreciar yo.
Besitos, y un clásico, cuidad a las abuelas porque sus fogones son sin duda el mejor calor al que podemos arrimarnos. Nos vemos.
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