Me encantan estas fiestas y pensar en las comidas que prepararé para estos días es mi entretenimiento preferido.
Esta semana está siendo complicada así que aprovechando que se acerca el puente de la Inmaculada (punto de partida para las navidades en casa) y que tenía ganas de desconectar un rato, ayer me encerré en la cocina a preparar estos pestiños.
He de confesaros que la receta no es mía, sino de mi tía Pepi que el año pasado compartió su receta conmigo al estilo de las cocineras de verdad, un manojito de ésto, un puñadito de aquello, un vaso de los otro y harina ....... la que admita...
Así que usando como medida un vaso de los de agua (de unos 200ml) y paciencia os transmito la receta adaptada a las cocineras de hoy, sin duda peores y con menos tiempo, pero con muchas ganas de que las recetas buenas no se pierdan.
La masa de estos pestiños está buenísima y con estas medidas os salen 3 bandejas grandes de pestiños, para quedar bien con la familia y amortizar la trabajera de hacerlos.
Os aseguro que están riquísimos y la masa si respetáis el levado queda perfecta y no se pega nada.
Ingredientes:
- 2 vasos de aceite de oliva suave
- Matalauva o anís en grano
- 1 vaso y medio de zumo de Naranja natural
- Medio vaso de azúcar
- 1 vaso de vino blanco
- 1 sobre de levadura
- 1 cucharadita de bicarbonato
- 9 vasos de harina de fuerza
- Aceite de oliva suave para freírlos
- Miel rebajada con agua.
Preparación:
En una sartén calentamos los 2 vasos de aceite con la matalauva y retiramos con cuidado de no quemarlo y lo dejamos enfriar.
Yo he usado la Kitchen Aid para el amasado a velocidad 6 pero con paciencia y riñones sale igual de bien.
Elegiremos un recipiente grande para el amasado, o en la encimera y verteremos la harina tamizada, haremos un agujero en el centro y verteremos los líquidos y el azúcar y comenzaremos a amasar.
Cuando vaya tomando forma añadimos el bicarbonato y la levadura y seguimos amasando hasta que la masa tome cuerpo y no se pegue a las manos. Quizás os haga falta añadir algo más de harina.
Si usáis amasadora como en mi caso, en el vaso de la amasadora vertemos el aceite ya frío, el zumo de naranja, el azúcar y el vino blanco.
Y con el gancho de amasar y a velocidad 4-6 vamos añadiendo la harina tamizada, el bicarbonato y la levadura.
En unos 30 minutos aproximadamente la masa toma cuerpo y empieza a despegarse del vaso indicándonos que está lista.
Retiramos mojándonos las manos en un poco de aceite y dejamos reposar un mínimo de 2 horas.
Ya sólo nos queda darles la forma y freírlos.
Hay un montón de maneras de hacerlos pero esta que os digo es sencilla y resultan más ligeros al no llevar dobleces la masa, pero para gustos colores.
Yo voy formando bolitas con la masa y las estiro bien sobre la encimera enharinada. Una vez que la masa está finita, la corto en rombos de aproximadamente 3-4 cms (5-6 rombos de cada bolita de masa, para que os orientéis), y los frío en abundante aceite de oliva bien caliente con cuidado para que queden doraditos pero no se nos quemen.
Otra forma más tradicional el estirar la masa finita y formas círculos con un vaso o cuadrados de 3x3 y doblarles las esquinas hacia dentro pegándolas con un poco de agua.
Para rematarlos yo uso miel, pero también puede usarse azúcar.
En una olla mediana, vertemos miel y la rebajamos con un poco de agua y la calentamos hasta que hierva moviendo bien.
Vamos mojando los pestiños en la olla con la miel sin retirarla del fuego por ambas caras y una vez bien mojaditos los retiramos a la bandeja.
Y ya solo nos quedan dos cosas, adornarlos con las bolitas de colores y preparar un buen café para ponernos las botas!!!
Espero que os animéis a prepararlos y me contéis como os han salido aunque os garantizo que riquísimos.
Aprovecho para felicitaros las fiestas y desearos a todos unos días en familia llenos de recuerdos y buena cocina.
Un beso y como siempre cuidad a las abuelas porque sus fogones son sin duda el mejor calor al que podemos arrimarnos.
Nos vemos!